Sismondi, precursor de Marx por Diego Guerrero


sismondi-precursor-de-marx-9788492724277Reseña de Ángelo Narváez León

Diego Guerrero, Sismondi, precursor de Marx. Maia, Madrid, 2011.

El libro, como el mismo título explicita, profundiza en la relación, crítica y deuda de la teoría y estudios económicos de Karl Marx (1818 – 1883) con el trabajo de Jean-Charles-Léonard Simonde de Sismondi (1773 – 1842). Explicitando esta relación, Guerrero se mueve entre la historiología del pensamiento económico, la evolución del pensamiento económico marxiano y atisbos de fundamentación filosófica de la relación entre ambos: para realizar esto el autor nos plantea leer la relación en términos críticos, es decir, en relación al lugar que ocupan las crisis económicas en la determinación del pensamiento de Sismondi y Marx. De este modo, la primera parte del libro lleva por título “Sismondi, teórico del valor y la crisis” y, subsecuentemente, la segunda parte es intitulada “Marx y las teorías de la crisis”.

Uno de los grandes logros del libro es explicitar científicamente las influencias y diferencias entre Marx y su precursor francés, desmitificando y desnaturalizando la unilateralidad de la influencia económica francesa, la filosofía alemana y el socialismo francés: cuestión no sólo afirmada por una generalidad amplia y diversa del marxismo occidental sino que, a la vez, fundamentada en las propias palabras de Friedrich Engels en Del socialismo utópico al socialismo científico. En gran medida la unilateralidad reproductiva, y tan tendida en la historiografía marxista, de estas influencias son escasamente explicadas y estudiadas, habiendo para nuestra época un prisma de verdad acrítica de éste su parafraseo. Es en este sentido que el estudio de Diego Guerrero permite comprender la constitución de una crítica de la economía política no es una suma de influencias territoriales y temáticamente determinadas, sino la consecuencia de una multiplicidad variable y diversa de múltiples determinaciones en virtud de lo concreto, como al mismo Marx gustaba decir.

La idea de la precepción de Sismondi pone en duda aquélla prosa histórica justamente mostrando cómo en el decurso intelectual del suizo ya están presentes las influencias que recaerán sobre Marx. Pensadores tan opuestos como Eugen von Böhm-Bawerk (Kapital und Kapitalzins, 1884) o Vladimir Lenin (Para una caracterización del romanticismo económico: Sismondi y nuestros Sismondistas nacionales, 1897); y otros tantos, igualmente determinantes, como Herbert Marcuse (Razón y revolución, 1940) o Michale Löwy y Robert Sayre (Révolte et mélancolie: le romantisme à contre-courant de la modernité, 1992), y tan diversos, actualmente, como Umberto Mazzei (Apuntes sobre Sismondi, para este siglo XXI) y Diego Guerrero (Sismondi, precursor de Marx), coinciden en el carácter fundamental para el marxismo del socialismo y las críticas económicas de Sismondi.

Las tesis que Diego Guerrero va construyendo y defendiendo a lo largo de su investigación, son elementales para una comprensión de la elaboración marxiana de una crítica de la economía política, y alejan página a página los economicismos vulgares y deterministas proferidos sobre la formación de Marx en el pensamiento económico europeo; la diferenciación de Marx con Sismondi queda completamente demostrada desde aquello en lo cual convergen ambos tipos de análisis económicos, de modo tal que la profundización en el estudio de Marx se ve caracterizada por una necesidad cabal de comprensión de la deuda y crítica de éste para con Sismondi. La primera sección del libro lleva por título “Sismondi, teórico del valor y de la crisis”: en esta sección el auto analiza brevemente la biografía intelectual de Sismondi para introducir la ocupación y preocupación en asunto económicos e historiográficos, mostrando con elocuente evidencia cómo Sismondi tiene un fuerte arraigo histórico en sus análisis y un carácter ideológico fuertemente marcado. Completamente alejado de las exposiciones manualescas acríticas, Guerrero logra mostrar puntos de convergencia determinantes para el análisis de la biografía intelectual-económica de Marx. Este análisis es producto de una fuerte interpretación ideológica y filosófica de los postulados económicos de Sismondi, las interpretaciones contemporáneas que de él se dieron y las consecuencias que tuvo en los análisis económicos del siglo XIX y XX, por ejemplo, en Böhm-Bawerk y Joseph Schumpeter.

El carácter filosófico que nos plantea Guerrero radica en la superación de la mera inmediatez de los fenómenos económicos para Sismondi y cómo Marx supo bien considerarlos efectivamente. No parece extraño que se plantee la idea de que, “[hay un] punto que comparten Sismondi y Marx, pero no se encuentra en Ricardo: el fetichismo de la mercancía. Veremos, por ejemplo, cómo Ricardo y los demás defensores de la Ley de Say toman las mercancías como como simples productos, o cómo confunden al capitalista industrial con un simple productor mercantil. O bien identifican erróneamente los ‘medios de producción que son elementos del capital’ con el capital mismo. Esta ‘naturalización’ de las categorías económicas es, por ello mismo, una falta total de comprensión de la naturaleza social y de las distintas formas que puede adoptar históricamente una misma realidad económica en distintas etapas de la organización económica de la sociedad. La mercancía es, para Marx, una ‘cosa sensorialmente suprasensible’ precisamente porque tiene valor, que adquiere un carácter ´fantasmal’ e ‘ilusorio’; asimismo, para Sismondi el valor de la mercancía es también algo ‘abstracto’, ‘social’, ‘ficticio’; pero nada de esto aparece en Ricardo.” (p. 95) No es necesario, en estas breves líneas, entrar en el detalle de una discusión crítica triangulada entre Sismondi, Marx y Ricardo pero, si logramos notar con cuidados, la mera postulación de esta argumentación implica una resignificación del ricardismojuvenil de Marx y trascender sus límites hasta comprender cómo en Sismondi podemos encontrar influencias y paralelos en cuestiones tan profusamente inevitables como el fetichismo de la mercancía, cuestión que, al menos en primera instancia, llevaría al lector impulsivo a transmutar un ricardismo juvenil por un sismondismo juvenil; pues no, de lo que se trata la investigación de Guerrero es de la problematización de la construcción del análisis de las diversas críticas a la economía política, no de establecer puntos nucleares de identificación lineal entre las diversas críticas.

Otro aspecto fundamental de éste Sismondi asumido por Marx, y dejado de lado por la absoluta mayoría de los economistas clásicos, como también por gran parte de la filosofía previa y contemporánea a Marx, es el análisis de espacios y tiempos diferenciados de producción económica en relación con la productividad de las fuerzas disponibles, la variabilidad de los espacios productivos, la interconectividad del comercio interior y exterior, la educación laboral del proletariado, etcétera. La crítica de Sismondi, que toma una forma de diferenciación en El Capital de Marx por ejemplo en conceptos como los de trabajo socialmente necesario, capital constante y capital variable, acumulación originaria y teorías de la colonización, no aparecen como funciones específicas en la economía política clásica producto de la abstracción formal que esta había hecho del espacio y el tiempo al considerarlos como una medida unitaria aplicable a cualquier contexto de productividad económica, lo que derivaba inmediatamente en una incomprensión del carácter social de la producción y en definitiva en un desconocimiento de la formación social e histórica de la plusvalía. Si bien en Sismondi estas críticas están planteadas con extrema lucidez y comprensión, sus análisis se diferencian de los marxianos por ser aquellos deducciones formales pero no deducciones críticas y concretas que permitiesen una relación de totalidad desde el trabajo hasta la propiedad privada capitalista.

La segunda sección del libro lleva por título “Marx y las teorías de la crisis”. En esta. Diego Guerrero trata directamente las reflexiones críticas de Marx en torno a la Ley de Say, y de este modo evidencia el funcionamiento y condicionamientos de la crisis según el análisis marxiano del modo de producción capitalista. Nuevamente retomando la relación Sismondi-Marx, Guerrero comienza rápidamente desde las consecuencias sociales de la introducción de la maquinaria industrial en la producción, la divisibilidad del trabajo y la concentración de territorios y capitales de inversión. Siendo así, el análisis avanza hacia una crítica de las lecturas subconsumistas de la crisis en la crítica a la economía política de Marx. En el decurso de este análisis queda en evidencia una inversión del orden biográfico de la formación económica de Marx, no parece ser después de todo David Ricardo la mayor influencia en el pensamiento económico de Marx si leemos con cuidado el estudio de Diego Guerrero, ya que con intención o sin ella éste parece avanzar en la demostración de sus tesis desde la constante diferenciación de Sismondi con Ricardo, a la vez que se construye una constante evidencia del influjo de Sismondi en Marx, lo que lógicamente implicaría una diferenciación más marcada de Marx en relación a Ricardo que a Sismondi. Dicho en palabras de Diego Guerrero:

¿Qué decir entonces, de la distancia que separa a Sismondi de Marx, o a Marx de Sismondi? Dejando de lado sus respectivas experiencias vitales y prácticas estrictamente políticas –que ciertamente no pueden ser más antagónicas: diputado y representante el uno de una república burguesa como la ginebrina, enemigo acérrimo el otro de todas las repúblicas, por considerarlas la expresión política suprema del orden capitalista a cuyo derrocamiento quería contribuir–, podemos ilustrar la paradoja que hemos mencionado ciñéndonos al contraste entre la cercanía teórica que hemos pretendido mostrar en este libro (sus respectivas teorías del capitalismo) y la lejanía política radical que se expresa en las ‘políticas económicas’ que respectivamente defendían. En el terreno teórico, Sismondi fue en primer lugar un claro defensor y un analista profundo de la teoría laboral del valor, luego creativamente adoptada y adaptada por Marx, y fue además, según hemos dicho, quien más contribuyó al desarrollo de dicha teoría después de Ricardo, sirviendo de puente, en este campo, entre las ideas de Ricardo y las de Marx. Más que puente, Sismondi es una de las dos fuentes –siendo la otra Ricardo– de las que bebe Marx para alimentar la elaboración de su propia teoría del valor, sin que, por supuesto, el resultado esté desprovisto de originalidad (como creo que nadie pondrá en duda). Y tanto en Sismondi como en Marx, dicha teoría del valor sirve de base a la crítica anticapitalista que permea sus respectivas teorías en su totalidad. Todo ello, que se ha analizado detalladamente en este libro, llevó a ambos autores a compartir en buena medida el diagnóstico sobre el mal funcionamiento sistémico del capitalismo y la necesidad de su superación, razón por la cual no nos sorprende haber encontrado en sus respectivas teorías de la crisis y sus análisis de la sobreproducción y competencia más parecidos de los que cabría imaginar en un principio.” (p. 250). Esta problematización implica, según podemos notar, una constante disputa formativa entre el influjo ricardiano y el de Sismondi en un Marx que ya logra vislumbrar la necesidad no se elaborar una economía política, sino una crítica de la economía política, crítica, largamente olvidada por una larga y diversa tradición de marxistas que quisieran ver en y desde Marx la construcción de una variación socialista de una economía política en cuento tal.

Esta investigación, tan recomendable como necesaria, no sólo para la llamada marxología económica, sino también para la desmitificación de procesos de análisis y crítica de la economía política, avanza desde en análisis fenoménico historiográfico de las categorías económicas de Sismondi y Marx, hasta una arenga, creemos, política e histórica, de la comprensión del sentido de una efectiva y concreta crítica de la economía política.

Ángelo Narváez León Miembro de la Universidad Popular de Valparaíso y del Centro de Estudios Hegelianos de Valparaíso

El libro se puede adquirir en: http://www.maiaediciones.com/

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